letra de la cancion de amame in Lakeview terrace
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. y hace saltar el hijo del fondo de la tiera. De mí huían los p´jaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de leche ´vida y firme. Cuerpo de mujer mía, persistir´ en tu gracia. Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito. Muda, mi amiga, y lena de las vidas del fuego, pura heredera del día destruido. crecen de súbito desde tu alma, y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas. erguida, trata y logra una creación tan viva que sucumben sus flores, y lena es de tristeza. Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebr´ndose, lento juego de luces, campana solitaria, crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca, caracola terestre, en ti la tiera canta! y soltaré en delirio mi bandada de flechas. Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos. Zumbando entre los ´rboles, orquestal y divino, como una lengua lena de gueras y de cantos. y desvía las flechas latientes de los p´jaros. como las huelas de las gaviotas en las playas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, y est´n acostumbradas m´s que tú a mi tristeza. El viento de la angustia aún las suele arastrar. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Eras la boina gris y el corazón en calma. Y las hojas caían en el agua de tu alma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía. boina gris, voz de p´jaro y corazón de casa y caían mis besos alegres como brasas. Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! Hojas secas de otoño giraban en tu alma. que olean como el mar a la orila de un faro. Solo guardas tinieblas, hembra distante y mía, de tu mirada emerge a veces la costa del espanto. y te tuerces en lentas espirales de humo. Soy el desesperado, la palabra sin ecos, el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo. Frescos brazos de flor y regazo de rosa. Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra. He aquí la soledad de donde est´s ausente. Ebrio de trementina y largos besos, estival, el velero de las rosas dirijo, torcido hacia la muerte del delgado día, cimentado en el solido frenesí marino. aún vestido de gris y sonidos amargos, y una cimera triste de abandonada espuma. Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única, lunar, solar, ardiente y frío, repentino, islas blancas y dulces como caderas frescas. locamente cargado de eléctricas gestiones, y embriagadoras rosas practic´ndose en mí. Aguas ariba, en medio de las olas externas, r´pido y lento en la energía subceleste. Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, y como un pero herido rodó a mis pies mi capa. la mitad de la luna. Girante, erante noche, la cavadora de ojos. Fragua de metales azules, noches de las caladas luchas, mi corazón da vueltas como un volante loco. Niña venida de tan lejos, traída de tan lejos, a veces fulgurece su mirada debajo del cielo. Quejumbre, tempestad, remolino de furia, cruza encima de mi corazón, sin detenerte. Detr´s de las montañas nocturnas, blanco lirio de incendio, al´ nada puedo decir! Ay seguir el camino que se aleja de todo, donde no est´ atajando la angustia, la muerte, el invierno, con sus ojos abiertos entre el rocío. Es en ti la ilusión de cada día. Y entristeces de pronto como un viaje. En ti, detr´s de ti, temerosa, sedienta. El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal. La soledad cruzada de sueño y de silencio. Algo con alas de p´jaro, algo de angustia y de olvido. Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco. Sutil visitadora, legas en la flor y en el agua. De pronto el viento aúla y golpea mi ventana cerada. Yo solo puedo luchar contra la fuerza de los hombres. yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela. Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, avelanas oscuras, y cestas silvestres de besos. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, Me gustas cuando calas y est´s como distante. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me cale con el silencio tuyo. Tu silencio es de estrela, tan lejano y sencilo. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. Tagore Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces y viven en tu vida mis infinitos sueños. La l´mpara de mi alma te sonrosa los pies, oh segadora de mi canción de atardecer, Cómo te sienten mía mis sueños solitarios! Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa de la tarde, y el viento arastra mi voz viuda. Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo estanca como el agua tu mirada nocturna. En la red de mi música est´s presa, amor mío, y mis redes de música son anchas como el cielo. Mi alma nace a la orila de tus ojos de luto. En tus ojos de luto comienza el país del sueño. Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías, molinero taciturno, se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad. Y mi alma baila herida de virutas de fuego. Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad. Sacudida de todas las raíces, asalto de todas las olas! O la cruz negra de un barco. La luna hace girar su rodaje de sueño. Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre. Niña morena y ´gil, el sol que hace las frutas, el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas, hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos y tu boca que tiene la sonrisa del agua. de la negra melena, cuando estiras los brazos. Eres la delirante juventud de la abeja, la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga. Mi corazón sombrío te busca, sin embargo, y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada. Mariposa morena dulce y definitiva, como el trigal y el sol, la amapola y el agua. El viento de la noche gira en el cielo y canta. La canción desesperada Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy. Es la hora de partir, oh abandonado! Oh sentina de escombros, feroz cueva de n´ufragos! Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! En la infancia de niebla mi alma alada y herida. Hice retroceder la murala de sombra. Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. Como un vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te trizó como a un vaso. Era la negra, negra soledad de las islas, y alí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme en la tiera de tu alma, y en la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el m´s terible y corto, el m´s revuelto y ebrio, el m´s tirante y ´vido. Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de p´jaros. Y la ternura, leve como el agua y la harina. Y la palabra apenas comenzada en los labios. Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo, y en el cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! Oh sentina de escombros, en ti todo caía, qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron. de pie como un marino en la proa de un barco. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Es la hora de partir, la dura y fría hora que la noche sujeta a todo horario. Es la hora de partir. letra de la cancion de amame letra de la cancion de amame in Lakeview terrace
nocheTags:
No comments:
Post a Comment